Tuesday 4 May 2010

LA CRISIS DE 1200 a C (2)

LA CRISIS DEL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL ORIGEN DE LOS FRIGIOS

por Carlos J. Moreu


RESUMEN

Los antepasados balcánicos de los frigios –llamados bryges por Herodoto– se trasladaron a Asia Menor durante un periodo de crisis que se produjo al final de la Edad de Bronce. Los hallazgos arqueológicos indican que los proto-frigios habían mantenido contactos con los griegos micénicos en el área del golfo Termaico y que jugaron un importante papel en la crisis del Mediterráneo. Pequeños grupos pertenecientes a este pueblo se establecieron en el sur de Grecia, y un contingente más numeroso debió de aliarse con los micénicos alrededor de 1200 a C, con el fin de invadir varias regiones de Anatolia y Siria. Los proto-frigios usaban un característico estilo de cerámica hecha a mano, la cual ha sido encontrada no solamente en Asia Menor sino también en Grecia, Chipre y la costa siria.

INTRODUCCIÓN

Es bien sabido que los frigios ocuparon una gran parte de la meseta anatólica durante el inicio de la Edad de Hierro y que su poderoso reino tenía su base en Gordion.1 Esta región, sin embargo, fue dominada por los lidios en el siglo VII a C, y después fue sucesivamente absorbida por la expansión del imperio persa y por las conquistas de Alejandro Magno.
Ahora bien, la historia de ese floreciente periodo del reino frigio es prácticamente desconocida, porque las únicas fuentes contemporáneas son unas pocas referencias a este pueblo en los anales asirios y un grupo de inscripciones frigias que están datadas entre los siglos VIII y VII a C. Aparte de esta documentación, los textos clásicos griegos sobre los frigios fueron escritos en tiempos posteriores, y estaban generalmente basados en la tradición oral. No obstante, las excavaciones arqueológicas de las últimas décadas han mostrado la cultura material de los frigios. Se han encontrado vestigios de su presencia no solamente en el territorio de Frigia sino también en otras regiones de Asia Menor.
Los hallazgos arqueológicos proporcionan, además, algunas evidencias del asentamiento inicial de los frigios y confirman el origen balcánico de su migración. Así pues, la comparación de estos datos con las fuentes literarias indica que la invasión de la población proto-frigia estuvo estrechamente relacionada con la gran crisis que afectó el Mediterráneo oriental alrededor de 1200 a C, cuando muchos centros prósperos de la Edad del Bronce reciente fueron devastados. Este estudio interdisciplinar también revela una importante asociación entre los griegos micénicos y los antepasados europeos de los frigios, producida durante aquel convulso periodo.

LOS FRIGIOS EN LAS FUENTES CLÁSICAS

La primera referencia a los frigios se encuentra en la Ilíada, ya que Homero incluyó a este pueblo entre los aliados del rey Príamo en la legendaria Guerra de Troya. Este autor también indicó que los frigios ocupaban el valle del río Sangario unas décadas antes del conflicto. Sin embargo, el historiador lidio Janto creía que los frigios se habían trasladado de Europa a Asia Menor después de la caída de Troya, cuando el noroeste de Anatolia estaba gobernado por Escamandrio, un hijo de Héctor y sucesor de Príamo que –de acuerdo con ciertas versiones del mito– fue uno de los supervivientes troyanos. Janto afirmaba que los frigios llegaron desde la costa occidental del mar Negro, por lo que pudieron haber ocupado las regiones de Bitinia y del lago Ascania, donde pasarían a ser los vecinos orientales de los troyanos.2
Herodoto registró la tradición macedonia sobre los antepasados europeos de los frigios, cuya denominación original era bryges, explicando en otra parte de su obra que, en el siglo V a C, los bryges eran una tribu tracia que se enfrentó al ejército persa en Macedonia. Este autor localizó la patria del legendario rey Midas en el área del monte Bermion, no lejos de la región balcánica llamada Migdonia, y éste es también el nombre de un territorio asiático poblado por los frigios. Varios siglos después, Estrabón indicó que los phryges (o frigios) llegados a Anatolia eran el mismo pueblo que los bryges, quienes vivían en Tracia. También señaló el origen tracio de los migdones, bébrices, bitinios y mariandinos, así como el asentamiento de inmigrantes frigios en algunas zonas de la Tróade, después de la Guerra de Troya.3
Con respecto a los bryges, Apolonio de Rodas situó un grupo de este pueblo balcánico en la costa norte de Iliria, junto a las islas llamadas Brigeides, y Eugamón de Cirene relató una legendaria batalla entre los bryges y los tesprocios, una tribu helénica de Epiro que estaba comandada por el famoso héroe Odiseo.4 Así pues, los antepasados de los frigios pudieron haber ocupado una amplia zona que se extendía desde las costas del Egeo hasta el valle del Danubio. Es incluso posible que su etnónimo indoeuropeo –que puede significar “altos” o “prominentes”– fuera usado como una denominación común por las tribus tracias, macedonias e ilirias de la Edad del Bronce final, incluyendo a los migdones establecidos al norte de Calcidia.
Hay otro mito helénico, narrado por Diodoro Sículo, que recordaba una migración balcánica a Asia Menor. Ésta fue encabezada por un tracio llamado Mopso, quien había sido expulsado de su territorio por el rey Licurgo. Mopso y sus seguidores derrotaron a la legendaria Mirina, reina de las amazonas, y se apoderaron de sus tierras en Anatolia occidental. Es interesante que Mopso también fuese el nombre de dos adivinos míticos; uno de ellos fue un tesalio que tomó parte en la expedición de los argonautas, y el otro nació en la ciudad anatolia de Colofón. De acuerdo con la tradición griega, este último héroe también emigró al este en la época de la Guerra de Troya y fundó entonces algunas ciudades en Cilicia.5
La última leyenda que puede ser útil para este estudio es la de Tereo, otro caudillo tracio que había abandonado su patria. Tereo no se desplazó hasta Anatolia, pero se estableció en la región griega de Fócide y se casó con la hija de Pandión, rey de Atenas. La esposa de Demofón, un descendiente del monarca ateniense, también estaba relacionada con la población tracia, ya que era una princesa bisaltia llamada Filis.6

INTRUSOS DEL NORTE EN EL MUNDO EGEO

La evidencia arqueológica procedente de Yassihöyük, el antiguo asentamiento de Gordion, indica que esta ciudad anatolia fue abandonada alrededor de 1200 a C, en la época de la crisis del Mediterráneo oriental, y que sus nuevos habitantes llegaron unos 100 años después. Esta población ha sido identificada como los inmigrantes proto-frigios que ocuparon el estrato 7B. Su cerámica hecha a mano y bruñida es conocida como EIAH (Early Iron Age Handmade) por los arqueólogos, y es generalmente considerada de origen balcánico.7
Esta cerámica también ha sido relacionada con otras cerámicas “bárbaras” encontradas en Troya y en diversos lugares de Grecia central y meridional.8 La cerámica bruñida hecha a mano (Handmade Burnished Ware) de Troya, también llamada Coarse Ware, apareció en la fase VIIb1 (datada en el siglo XII a C), y la cerámica bruñida hecha a mano de Grecia fue utilizada en el mismo periodo, aunque hay algunos ejemplos procedentes de Tirinto cuya datación es un poco más temprana (siglo XIII a C). Además de Tirinto, el uso de esta cerámica está atestiguado en Micenas, Korakou, Asine, Pellana, Aigeira, Teichos Dymaion, la isla de Creta, Lefkandi, Atenas, Perati, Eleusis, Delphi, Kalapodhi y el Menelaion de Esparta. En todos esos centros, sin embargo, los hallazgos de HBW (Handmade Burnished Ware) no son numerosos y la cerámica micénica hecha a torno continuó siendo el estilo más habitual.9
En la región helénica de Epiro, la cual no estaba incluida en el mundo micénico, la cerámica era bastante similar a la cerámica hecha a mano que se ha encontrado en el centro y el sur de Grecia, aunque no estaba bruñida. Otros ejemplos de cerámica bruñida hecha a mano fueron usados en el sur de Italia, pero este hecho podría deberse a la posible llegada a esta región de algún pueblo balcánico desde la cercana costa de Iliria.10
Ahora bien, las pequeñas cantidades de HBW encontradas en Chipre son más interesantes para este estudio, ya que están claramente asociadas con la cerámica micénica utilizada por los expedicionarios marítimos asentados en Enkomi y en otras localidades chipriotas alrededor de 1200 a C. Así pues, parece que la cerámica hecha a mano que apareció en la Grecia micénica fue también introducida en la isla durante este periodo.11 Finalmente, los hallazgos más recientes de HBW son los de Tell Kazel en la costa siria.12
La mayoría de los investigadores cree que la HBW fue fabricada localmente en Grecia por pequeños grupos de inmigrantes balcánicos, quienes fueron asimilados durante el siglo XII a C.13 No obstante, algunos autores han rechazado la idea de un origen foráneo para esta cerámica, así como la existencia de intrusos del norte en los territorios micénicos. G. Walberg argumenta que las vasijas hechas a mano fueron usadas en Grecia en el periodo Heládico Medio y que unos pocos ejemplos de cerámica micénica también son bruñidos, pero no ha explicado el largo hiato de unos 400 años en los que esa tosca cerámica no fue fabricada por los micénicos. D. B. Small sigue algunas ideas sugeridas por G. Walberg y N. K. Sandars, y explica la aparición de la HBW como una consecuencia de la crisis socio-económica producida en la Grecia micénica desde mediados del siglo XIII a C. Small cree que el declive del sistema palacial favoreció la fabricación de esta cerámica por la población autóctona.14
Esta última hipótesis, sin embargo, sería más plausible si el estilo hecho a mano que se desarrolló en Grecia hubiese imitado la cerámica micénica, en lugar de una cerámica balcánica del norte. De hecho, los mejores paralelos se han encontrado en las vasijas hechas a mano que fueron utilizadas en Macedonia oriental y en Tracia occidental durante la Edad de Bronce reciente, si bien hay algunos rasgos que probablemente derivasen del estilo cerámico de Noua-Coslogeni, una cultura europea localizada en la desembocadura del Danubio.15 Es también significativo que el análisis petrográfico llevado a cabo en 21 fragmentos de HBW procedentes del Menelaion espartano muestra la presencia de “grog-tempering”, una técnica de manufactura no-micénica, en esas vasijas.16 Es más, el origen foráneo de la HBW está confirmado por la aparición de otras innovaciones culturales en Grecia durante el mismo periodo. La espada de empuñadura con rebordes (tipo IIa), que había sido creada en la zona del Danubio, fue usada en Micenas así como en Enkomi, una ciudad chipriota que fue ocupada por los micénicos, y un nuevo tipo de lanza fue igualmente introducido en el mundo egeo desde otras regiones de Europa.17
Se ha señalado que algunos de los hallazgos arqueológicos relacionados con los inmigrantes balcánicos aparecieron en ciudades micénicas que no sufrieron destrucciones durante aquel turbulento periodo, como Korakou y Asine.18 Puesto que los intrusos del norte no eran numerosos, no pueden ser considerados invasores o conquistadores. Por consiguiente, la presencia de estos extranjeros en Grecia es diferente a la de los proto-frigios en Gordion, quienes realmente se apoderaron de la ciudad anatolia.
A la luz de estos datos, los recién llegados a Grecia pueden ser identificados como mercenarios y trabajadores empleados por los micénicos, quienes finalmente se establecieron en las tierras helénicas. Ésta es una solución muy aceptable que fue propuesta por H. W. Catling y S. Deger-Jalkotzy.19 Pequeños grupos de inmigrantes balcánicos debieron de haber llevado sus propias armas de bronce a la Grecia micénica, donde continuaron fabricando y usando su característica cerámica. Los guerreros norteños probablemente tomaron parte en los conflictos internos producidos en el mundo micénico durante la segunda mitad del siglo XIII a C, apoyando a los ejércitos involucrados. De hecho, la primera aparición de la HBW ocurrió en Tirinto cuando la ciudad fue masivamente fortificada.20 Es posible que los griegos micénicos también reclutasen algunos mercenarios del norte de Grecia, junto a aquéllos que procedían de Tracia y Macedonia, pero este hecho no puede ser identificado con la progresión de los dorios, la tribu helénica que obtuvo el control del Peloponeso 100 años más tarde.21 Así pues, la llegada de estos pequeños grupos desde el norte, datada entre el siglo XIII y el XII a C, no está conectada con la legendaria invasión doria; pero puede ser identificada como el trasfondo histórico del mito griego de Tereo, el héroe tracio que se estableció en Fócide, teniendo en cuenta que ésta es una de las regiones helénicas donde se ha encontrado la cerámica hecha a mano.


MICÉNICOS Y PROTO-FRIGIOS

En la Edad de Bronce reciente, la cultura europea de los Campos de Urnas se expandió por el valle del Danubio y alcanzó la región tracia de los montes Ródopes. La incineración en urnas se hizo allí muy usual, tanto en tumbas planas como bajo túmulos de piedras, pero en algunas ocasiones los tracios no utilizaron urnas y practicaron la cremación in situ. La cerámica hecha en los Ródopes era similar a la del noroeste de Tracia, donde se han encontrado tumbas de inhumación y de incineración. La cultura oriental de Noua-Coslogeni también se extendió a los Balcanes alrededor de 1250 a C, y por ello el estilo cerámico de algunas vasijas bruñidas hechas a mano estaba relacionado con esa cultura. Sin embargo, la cerámica hecha a mano usada en Macedonia durante la Edad de Bronce reciente tenía su origen inmediato en los valles de los ríos Morava, Struma y Vardar; y la desembocadura del Vardar (el antiguo Axio) está situada en el golfo Termaico, entre Calcidia y el área del monte Bermion.22 Ésta fue precisamente la tierra originaria del pueblo proto-frigio, de acuerdo con la tradición griega.
Es bien sabido que las tierras altas del sureste de Europa eran ricas en estaño y cobre, y este hecho permitió el desarrollo de una avanzada metalurgia del bronce en los Balcanes. Desde el siglo XIV a C, los griegos micénicos visitaron el golfo Termaico, donde debieron de haber intercambiado mercancías con la población indígena. Los fragmentos de cerámica micénica IIIA y IIIB importada que se han encontrado en Assiros, un yacimiento situado al noroeste de Calcidia, han atestiguado esos contactos iniciales. Posteriormente la cerámica micénica fue fabricada localmente en esa zona, junto a la cerámica balcánica hecha a mano. Entre las localidades macedonias que produjeron objetos micénicos en el siglo XIII a C hay tres (Thermi Toumba, Gona y Perivolati) que han sido consideradas asentamientos micénicos permanentes, o al menos unas factorías comerciales micénicas. Ahora bien, el enclave de Kastanas también es relevante para este estudio. Estaba localizado en una pequeña isla en el río Axio, durante la Edad de Bronce, y los hallazgos arqueológicos incluyen un tipo micénico de casa y muchos ejemplos de cerámica micénica hecha a torno, los cuales están datados en los siglos XIII y XII a C. Esta cerámica coexistió con una cerámica local más abundante, pero sólo el 1% fue importado de Grecia.23
En base a esta evidencia arqueológica, se deduce que los griegos micénicos habían establecido relaciones amistosas con los habitantes de la antigua Migdonia y la desembocadura del río Axio. La presencia de mercaderes y colonos micénicos en la costa septentrional del Egeo debió de haber producido una gran influencia en la cultura balcánica. Así pues, es muy plausible que algunos guerreros y trabajadores proto-frigios fueran reclutados por los micénicos en el golfo Termaico y fuesen trasladados al sur de Grecia. La demanda de guerreros extranjeros, armados con sus propias armas de bronce, fue seguramente originada en la segunda mitad del siglo XIII a C, cuando las rutas comerciales orientales se volvieron inseguras y los reinos micénicos estaban probablemente envueltos en una guerra. Este conflicto, que causó algunas destrucciones en los principales centros helénicos, puede relacionarse con la legendaria enemistad entre los tebanos y los argivos, puesto que Tebas fue una de las ciudades atacadas durante aquel periodo.24 De acuerdo con la mitología griega, el asedio de Tebas tuvo lugar unas pocas décadas antes de la Guerra de Troya, así como la muerte de Hilo, un hijo de Heracles que había conducido su ejército desde el territorio tebano hasta el Peloponeso pero fue finalmente derrotado.25
La influencia cultural que los proto-frigios recibieron de los griegos micénicos puede estar representada en una inscripción frigia datada en el siglo VI a C. Este documento epigráfico fue hallado cerca de la localidad turca de Yazilikaya, en la misma zona ocupada por la llamada “Ciudad de Midas”. La inscripción dedica un monumento, que había sido tallado en la roca, a “Midai lavagetaei vanaktei”. Según el análisis realizado por F. De Graaf, el nombre real de Midas (o “Midai”) está acompañado en este texto por dos palabras (“lavagetaei” and “vanaktei”) que derivaban de los términos micénicos ra-wa-ke-ta (lawagetas) y wa-na-ka (wanax). En base a esta evidencia, M. Lejeune sugirió que los frigios pudieron haber imitado la organización política de los griegos “pre-homéricos”, y por ello habían adoptado esos antiguos términos que designaban las dos principales funciones de autoridad en la sociedad micénica.26
De este modo, los contactos entre la población proto-frigia y los griegos micénicos han sido evidenciados por diversos datos arqueológicos. La confirmación final, sin embargo, se puede encontrar en las tierras orientales que sufrieron las principales consecuencias de esta asociación.

LA CRISIS DEL MEDITERRÁNEO ORIENTAL

Los acontecimientos históricos que tuvieron lugar en el Próximo Oriente alrededor de 1200 a C provocaron el colapso del imperio hitita. El palacio real de Hattusa fue destruido al mismo tiempo que otros significativos enclaves de Anatolia y Siria. También es sabido que algunas tablillas hititas del siglo XIII a C se referían al pueblo de los ahhiyawa –generalmente identificado con los aqueos o micénicos– como un poderoso enemigo que venía del oeste. De acuerdo con otra tablilla de aquel periodo, los hititas habían obtenido el control de la isla de Chipre, un importante centro comercial que era muy rico en cobre.27 Así pues, el dominio hitita de Chipre debió de haber bloqueado el comercio micénico, ya que hubo una inusual escasez de cerámica micénica en esta isla durante las últimas décadas del siglo XIII a C. La reducción de importaciones micénicas también se produjo en las tierras asiáticas vecinas, y causó allí la aparición de un nuevo tipo de cerámica, el llamado “Estilo Rudo”, que era una imitación local del estilo micénico IIIB.28
En Grecia, el sistema palacial resultó probablemente afectado por esta situación. Como los principales reinos micénicos estaban envueltos en algunos conflictos armados en esa época, su demanda de metales y guerreros pudo haber incrementado los contactos micénicos en la costa de Macedonia. Es incluso posible que los mercenarios norteños viajasen hasta Grecia en los mismos barcos micénicos que visitaban su tierra.
No obstante, la ruta comercial micénica hacia el este fue restablecida al principio del siglo XII a C, después de la ocupación de Chipre por los griegos micénicos. Ellos eran, de hecho, los atacantes que destruyeron Enkomi y otras ciudades alrededor de 1200 a C. Las innovaciones culturales que aparecieron en las ciudades reconstruidas de Chipre procedían en su mayoría del Egeo, y los fragmentos de cerámica micénica IIIC:1 hallados en esos lugares son muy numerosos. Estas innovaciones incluyen algunos elementos arquitectónicos –como murallas ciclópeas, hogares y salas de baño– además de nuevos objetos de bronce de origen europeo, pesas de telar y estatuillas antropomórficas de terracota. La espada del tipo IIa de origen danubiano fue indudablemente usada por los invasores ya que un guerrero armado con una de esas espadas, de empuñadura con rebordes, fue enterrado en la ciudad conquistada de Enkomi. También usaba un tipo de grebas micénicas.29
Un cierto número de inmigrantes balcánicos pudo haberse asentado en Chipre junto a los griegos micénicos. Se encontraron pequeñas cantidades de vasijas bruñidas hechas a mano en Enkomi y otras colonias micénicas de Chipre, de modo que esta cerámica fue probablemente introducida por los aliados bárbaros de los micénicos. La HBW aparece en Maa-Palaeokastro, por ejemplo, una fortaleza de estilo egeo que fue construida en la costa occidental. No es factible que la presencia de esta cerámica en la isla fuese debida al comercio marítimo, porque una tosca vasija hecha a mano no sería apreciada en los mercados orientales.30
El final del dominio hitita sobre Chipre, que fue sustituido por la ocupación micénica de la isla, es un importante episodio de la gran crisis de 1200 a C, también conocida como la crisis de los “Pueblos del Mar”. Esta última expresión está basada en las inscripciones del templo egipcio de Medinet Habu, las cuales registraban los principales hechos históricos de la crisis, incluyendo el ataque a Chipre (llamada Alasa por los egipcios). Después del estudio epigráfico de estas inscripciones, H. H. Nelson concluyó en 1929 que la crisis del Mediterráneo oriental fue básicamente una cadena de conflictos y migraciones, las cuales tuvieron su origen en el sureste de Europa y en los territorios egeos. Él expuso su idea en el siguiente texto: “alrededor de 1200 a C la corriente invasora desde Europa había pasado a través de Asia Menor, había destruído el imperio hitita, y se había extendido por la península. En toda esta agitación, elementos de las antiguas poblaciones fueron desalojados de sus asentamientos; y si no fueron alcanzados por el avance de la oleada invasora, huyeron antes en busca de nuevos hogares. Muchos de estos norteños, tanto los recién llegados como los vencidos, estaban muy familiarizados con el mar.”31 De este modo, Nelson dedujo que los cinco Pueblos del Mar que se desplazaron a la frontera egipcia durante el reinado del faraón Ramsés III fueron los pueblos derrotados de Anatolia, expresando claramente su conclusión en este texto: “Los disturbios en Siria registrados en el año 8 y probablemente los del año 5 habían sido causados, aparentemente, por un movimiento en masa desde Asia Menor en el que los pueblos de la parte meridional de la península, desalojados de sus hogares por los recién llegados de Europa, se habían desplazado hacia el sur no solamente en una invasión militar sino también en una comprensible migración, con sus familias y posesiones, para buscar un nuevo hogar en las provincias asiáticas de Egipto.”32 Como es bien sabido, los filisteos que se asentaron en la costa meridional de Canaán, llamados peleset por los egipcios, estaban incluidos en la coalición formada por cinco Pueblos del Mar.33
N. K. Sandars también explicó la llegada de los Pueblos del Mar a Palestina como el final de una reacción en cadena. Ella sugirió que esos grupos se trasladaron desde Anatolia, Chipre y el norte de Siria porque habían sido hostigados por otras bandas que pocedían mayoritariamente del oeste. De hecho, los filisteos y sus aliados fueron representados en los relieves de Medinet Habu como refugiados que viajaban con sus mujeres y niños. La inscripción del segundo pilono indica que Kheta (el territorio hitita), Kode (Cilicia), Karkemis (una región siria), Arzawa (Anatolia occidental) y Alasa (Chipre) fueron atacadas y devastadas por “extranjeros” que tenían su patria en “islas” o zonas costeras.34
La evidencia arqueológica procedente de Siria muestra efectivamente que ese territorio fue invadido por los agresores europeos, al igual que la isla de Chipre. La ciudad costera de Ugarit fue destruida durante la crisis y nunca fue reedificada, pero la localidad ugarítica de Ras Ibn Hani fue ocupada por un grupo de recién llegados que usaba cerámica micénica IIIC:1.35 Otro ejemplo es Tell Kazel, un enclave localizado a 3,5 kms de la costa que ha sido identificado con la antigua Simyra o Sumur, el principal centro del reino sirio de Amurru; la cerámica bruñida hecha a mano apareció allí al principio del siglo XII a C.36 Los hallazgos más significativos, sin embargo, han sido obtenidos en Hamath, no lejos de la costa siria. Los cementerios de cremación de Hamath han revelado la llegada de un grupo de intrusos que están claramente relacionados con la cultura europea de los Campos de Urnas. Los arqueólogos que trabajaron en este yacimiento atribuyeron las tumbas de cremación a las migraciones que tuvieron lugar al final de la Edad de Bronce, ya que encontraron allí más de 1000 urnas de estilo europeo. La cultura material de los extranjeros también incluye espadas de empuñadura con rebordes y fíbulas de arco, las mismas innovaciones que fueron introducidas en Chipre en la fecha de la crisis.37 Así pues, el origen de estos inmigrantes puede situarse en los Balcanes, donde la cremación en urnas también fue practicada durante la Edad de Bronce final. Otro hallazgo excepcional es el barco micénico pintado en una de las urnas de Hamath,38 el cual confirma que los proto-frigios se coaligaron con los micénicos con el fin de invadir las tierras orientales, normalmente controladas por los hititas. No obstante, parece que la presencia de estos intrusos balcánicos no tuvo unas consecuencias tan permanentes en Hamath como en Gordion.
Con respecto a la península de Anatolia, la ciudad de Hattusa fue abandonada por sus habitantes alrededor de 1200 a C, pero el barrio de Büyükkaya, situado en el nordeste de la ciudad, fue ocupado inmediatamente por un grupo menos civilizado que venía de una región septentrional de Anatolia. Estos recién llegados pertenecían probablemente a la tribu de los kaska, cuya tierra de origen estaba situada entre el territorio hitita y el mar Negro. También es posible que los kaska, enemigos tradicionales de Hatti, invadiesen este país desde el norte una vez que el ejército hitita se hubiera debilitado por los ataques de los micénicos y los proto-frigios. Así y todo, los agresores balcánicos debieron haberse apoderado de algunas zonas del país hitita. De hecho, la nueva población de Hattusa se incrementó durante la Edad de Hierro inicial, y su cultura material se fue haciendo más parecida a la de los frigios.39
En la costa de Asia Menor, la ciudad cilicia de Tarso fue también atacada durante la crisis, y la cerámica micénica IIIC:1 fue usada en la siguiente fase de este enclave.40 Sin embargo, la única región costera de Anatolia en la que el registro arqueológico ha atestiguado una temprana presencia de inmigrantes balcánicos es la Tróade.

LA CAÍDA DE TROYA

La ciudad llamada Troya VIIa fue destruida por el fuego al principio del periodo micénico IIIC –que habitualmente se data en el 1200 a C– y sus atacantes debieron de haber sido los aqueos o micénicos, los mismos expedicionarios marítimos que, de acuerdo con la principal inscripción de Medinet Habu, no pudieron ser vencidos por los habitantes de Arzawa (Anatolia occidental) y otras tierras asiáticas.41
El final de Troya VIIa, que es comparable a la violenta destrucción de Enkomi por los griegos micénicos, seguramente dio origen al mito clásico de la Guerra de Troya. Como quedó registrado en esta antigua tradición, los aqueos no ocuparon la Tróade después de su victoria. Por otra parte, algunos héroes legendarios de la Guerra de Troya, como el arcadio Agapenor y Teucro de Salamina, se asentaron más tarde en Chipre, la isla que fue ocupada por los micénicos.42
La ciudad de Troya fue reconstruida y habitada por la población autóctona, quienes siguieron fabricando su típica cerámica (la llamada Anatolian Grey Ware y la Tan Ware). En esta nueva fase de la ciudad, Troya VIIb, también han sido descubiertos algunos ejemplos del estilo de cerámica micénica IIIC, pero la innovación más importante es el uso de cerámica bruñida hecha a mano. En la primera subfase VIIb1, datada en el siglo XII a C, la llamada Coarse Ware apareció en Troya, y un segundo estilo de cerámica bárbara, la Knobbed Ware, fue utilizada en la siguiente subfase VIIb2 junto con la Coarse Ware y las cerámicas troyanas.43 La mayoría de los estudiosos han asumido que esas vasijas hechas a mano fueron introducidas en la Tróade por un pueblo extranjero de origen balcánico, y que las cerámicas bárbaras de Troya estaban también relacionadas con la HBW encontrada en la Grecia micénica y con la cerámica EIAH usada en Gordion durante el siglo XI a C. Por ejemplo, J. B. Rutter señaló las afinidades estilísticas de la Coarse Ware con la HBW obtenida en la localidad argólica de Karakou, ambas inspiradas en prototipos tracios.44 Sin embargo, E. F. Bloedow ha rechazado las conclusiones de Rutter argumentando que la Coarse Ware encontrada en Troya podía tener un origen local, aunque él acepta la procedencia extranjera de la Knobbed Ware.45 Bloedow ha seguido el estudio inicial del arqueólogo C. W. Blegen, que probablemente está obsoleto. En cualquier caso, la presencia de cierta población balcánica en la Tróade, durante la Edad de Hierro inicial, no puede ser negada.46
Esta evidencia arqueológica confirma el fundamento histórico de las antiguas tradiciones que fueron recopiladas por Estrabón, relativas al asentamiento de los frigios en el noroeste de Anatolia después de la Guerra de Troya. Según el geógrafo griego, los europeos recién llegados habían ocupado la costa septentrional de la Tróade, desde la región de Cízico hasta Practio. Este autor también indicó la antigua presencia de tracios en la zona troyana de Abidos y el establecimiento de otra tribu tracia, los llamados treres, en un territorio cercano. Asimismo el historiador lidio Janto relató que Escamandrio de Troya, el nieto de Príamo, había recibido a los frigios en su país.47 Así pues, los inmigrantes balcánicos pudieron haber controlado el estrecho de los Dardanelos después del conflicto. Por otra parte, la Ilíada homérica indica que los frigios y los tracios se unieron al ejército troyano durante el legendario asedio, pero se trata probablemente de un anacronismo que pudo haber sido introducido en la tradición griega desde el siglo X a C, cuando los frigios debían de ser vistos como un significativo componente de la población de Anatolia occidental. Así y todo, el papel desempeñado por el pueblo proto-frigio en la destrucción de Troya VIIa no está claro. Si ellos no participaron directamente en el ataque, como mercenarios o aliados de los micénicos, probablemente aprovecharon la victoria helénica apoderándose de algunos territorios troyanos y misios.
Con respecto a los troyanos, también llamados teucros (o teukroi) por los autores clásicos, Herodoto mencionó a los descendientes de este pueblo, quienes seguían viviendo en la Tróade durante el siglo V a C y eran conocidos como teucros gergitas. Estrabón describió los lugares ocupados por los gergitas, y Jenofonte se refirió a una ciudad fortificada de la Tróade que era llamada Gergis.48 Sin embargo, las leyendas griegas relativas a la migración de refugiados troyanos parecen tener un cierto trasfondo histórico, puesto que el nombre de los tjeker, uno de los Pueblos del Mar registrados en las inscripciones de Medinet Habu, ha sido normalmente leído como teucros. La principal inscripción egipcia indica que un grupo de tjeker acompañó a esos Pueblos del Mar errantes que se desplazaron hacia el sur desde la tierra siria de Amurru, donde habían acampado previamente.49 Este acontecimiento puede relacionarse con el reciente hallazgo de Anatolian Grey Ware en el enclave amorita de Tell Kazel-Symira, una cerámica hecha a torno que fue introducida allí durante la crisis. El análisis químico indica que unas pocas vasijas de este estilo habían sido fabricadas en la Tróade pero, de acuerdo con la arqueóloga L. Badre, es posible que otros ejemplos fueran producidos localmente en Amurru.50

LA IDENTIDAD DE LOS MUSKI

Los anales del rey asirio Sargón II están datados en el siglo VIII a C y, de acuerdo con esta fuente, la tierra de Que (Cilicia) había sido sometida en esa época por el pueblo de los muski, cuyo rey se llamaba Mita. Posteriormente, Sargón II derrotó a Mita y restableció en las ciudades de Que su anterior status.51 Se asume generalmente que los muski eran el mismo pueblo que los frigios, ya que el nombre de Mita ha sido identificado con el de Midas. Los asirios debieron de haberse enfrentado con los muski en las regiones anatolias de Cilicia y Capadocia. De hecho, el nombre real de Midas está también registrado en la inscripción de Kilisehisar-Tyana,52 la cual está localizada entre esas dos tierras, y la ciudad capadocia de Cesarea (la moderna Kayseri) fue anteriormente conocida como Mazaca, una denominación que seguramente deriva del nombre de los muski. El pueblo de Mosoc, mencionado en la Biblia, puede ser igualmente relacionado con los muski y con los antiguos habitantes de Mazaca.53
No obstante, la primera referencia a los muski por los anales asirios apareció a finales del siglo XII a C, cuando el rey Tiglath-Pileser I combatió contra “20.000 musku con sus cinco reyes, quienes habían mantenido durante 50 años las tierras de Alzu y Purulumzu”.54 Estas regiones estaban situadas al norte de la frontera asiria. Los anales de Tiglath-Pileser también indican que los poderosos muski (o musku) habían invadido la tierra de Katmuhu en esa época, pero el rey asirio fue capaz de derrotarlos. Su victoria final es expresada en el siguiente texto: “Conquisté a los rebeldes e insumisos subaru. Impuse el pesado yugo de mi dominio sobre las tierras de Alzu y Purulumzu que habían abandonado (la práctica de pagar) el tributo y la tasa […]”.55 Los subaru eran la población indígena de Subartu, una región que se extendía entre Nisibis y el alto Tigris. Sin embargo, Tiglath-Pileser no se enfrentó solamente a los muski y a los subaru, durante el primer año de su reinado, sino también a una fuerza de “4.000 kasku y urumu, insumisas tropas de Hatti”, quienes “habían ocupado por la fuerza las ciudades de la tierra de Subartu”.56 A la luz de estos textos, parece que los kaska (o kasku) estaban asentados en la zona que anteriormente había sido el principal territorio hitita, y los muski habían ocupado otras regiones que también colindaban con los territorios asirios. El numeroso pueblo de los muski pudo haber sido una mezcla de varias tribus balcánicas, puesto que estaba gobernado por cinco reyes, y los llamados urumu eran posiblemente una banda de arameos que se unieron a los kaska.
K. Bartl ha estudiado una cultura material de la Edad de Hierro inicial que fue desarrollada en la zona del alto Éufrates y estaba caracterizada por una cerámica tosca, usualmente decorada con simples incisiones horizontales. Esta cerámica ha sido también hallada en otros lugares que se encuentran junto al lago Van, el lago Urmia y el río Araxes. Bartl ha atribuido el uso de esta cerámica con incisiones, la cual es bastante diferente de la EIAH descubierta en Gordion, a los muski citados en los anales asirios, y por ello ha rechazado la identificación de los muski con los proto-frigios.57 Es muy probable, sin embargo, que las tierras ocupadas por los muski desde 1165 a C, llamadas Alzu y Purulumzu, no estuvieran situadas en el área del alto Éufrates. De acuerdo con V. Haas, Alzu (o Alshe) estaba localizada en las proximidades del alto Tigris.58 De hecho, la zona estudiada por Bartl es la frontera oriental de la antigua Comagene. Esta región también se cita en los anales asirios como Katmuhu, por lo que era distinta a Alzu y Purulumzu. Según la narración de Tiglath-Pileser, la invasión de Katmuhu por los muski había fracasado, ya que fueron derrotados por el ejército asirio. Como el pueblo desconocido que usaba la cerámica con incisiones en el alto Éufrates también ocupó otros lugares en el área geográfica de Armenia, es posible que estuviera emparentado con los antecesores de la población de Urartu, o quizás sea identificable con los kaska. Por otra parte, la presencia de una cultura material de origen balcánico está realmente atestiguada en las localidades sirias de Hamath y Tell Kazel, lo cual prueba que el pueblo proto-frigio había llegado hasta esas lejanas tierras desde el oeste.
En el siglo V a C, Herodoto mencionó a otro pueblo conocido como los moschoi, quienes estaban asentados al sureste del mar Negro. Los moschoi eran probablemente descendientes de un grupo de muski que se desplazó hacia el norte durante la Edad de Hierro. Los vecinos de los moschoi, llamados mossynoikoi por Herodoto, debieron de haber sido una tribu estrechamente emparentada, ya que Jenofonte y Apolonio de Rodas usaron la única denominación de mossynoikoi para designar a los habitantes de la misma región póntica, pero ellos no hicieron referencia a los moschoi.59 Los edificios hechos de madera que habitaban los mossynoikoi eran llamados “mossynes” por Apolonio, y mossynoi fue también un nombre alternativo para este pueblo, el cual se puede encontrar en el periplo de Pseudo-Escílax. El geógrafo Estrabón se refirió a una tierra montañosa llamada Moschike que estaba situada entre Cólquide y Armenia, y este territorio está relacionado con la moderna región de Meskheti en el suroeste de Georgia. Entre los autores romanos, Plinio el Viejo citó a los moschi y a los moscheni, dos pueblos asentados junto al río Ciro en Armenia, así como a los mossyni, que son directamente identificables con los mossynoi o mossynoikoi.60 Todos estos descendientes de los muski pudieron haber evolucionado de un modo diferente a los frigios, sus parientes étnicos, ya que probablemente recibieron una influencia cultural de las tribus orientales de Anatolia.
R. D. Barnett conectó la migración de los muski hacia el este con la antigua leyenda de Mopso.61 De acuerdo con la tradición griega, Mopso era un adivino que vivió en la región lidia de Colofón. Su madre era la vidente tebana Manto y su padre era el rey Racio de Caria. En otras versiones del mito, era hijo de Apolo y Manto. Mopso se unió a otro adivino llamado Anfíloco, que había participado en el legendario asedio de Troya, y ambos se trasladaron con sus numerosos seguidores a las regiones orientales de Panfilia, Cilicia, Siria y la frontera de Fenicia. Mopso y Anfíloco fundaron las ciudades de Malo y Mopsuhestia en Cilicia.62 Sin embargo, el nombre de este héroe mítico también es recordado como Moxo, el fundador de Moxópolis, una ciudad situada entre Licia y el sur de Frigia que puede estar relacionada con el pueblo frigio de los moxianoi, cuyo nombre es bastante similar al término mossynoi.63 Aunque la patria de Mopso fue localizada en Lidia, su historia puede relacionarse con la del tracio Mopso, quien había emigrado a Anatolia occidental desde los Balcanes.64 También es posible que Mopso fuese un héroe epónimo del pueblo que invadió Asia Menor y el norte de Siria durante la crisis de 1200 a C, el cual era probablemente una coalición de los griegos micénicos y los muski proto-frigios. De hecho, se han encontrado unas cuantas tumbas micénicas en el suroeste de Anatolia, incluyendo el yacimiento de Colofón, y las tablillas hititas relativas a los ahhiyawa corroboran las presencia de micénicos en esta zona durante el siglo XIII a C.65
De acuerdo con el geógrafo griego Pausanias, el padre de Mopso era Racio el cretense, quien había colonizado la región de Colofón después de derrotar a sus pobladores carios. Como los seguidores helénicos de la legendaria Manto llegaron al mismo territorio, Racio se casó con la heroína tebana, y su hijo Mopso expulsó finalmente a los carios.66 Parece que este relato épico fue creado para explicar los componentes foráneos de la población de Anatolia occidental. El rey llamado Racio representa una primera presencia de colonos minoicos que está atestiguada, por ejemplo, en la ciudad caria de Mileto,67 y la llegada de Manto muestra los posteriores asentamientos micénicos. De este modo, el subsiguiente nacimiento de Mopso puede ser interpretado como la aparición de un tercer componente étnico al final de la Edad de Bronce, y la expulsión de los habitantes indígenas se puede relacionar con la migración de los Pueblos del Mar anatólicos a Palestina. Con respecto a Mopso el argonauta, este héroe helénico era también un adivino pero su origen estaba situado en la región tesalia del río Titaresio, no lejos de la patria del pueblo proto-frigio en Macedonia.68 Este Mopso era el hijo de Ampicos y Cloris y parece ser un alter ego de Mopso el tracio y de Mopso el colofonio, por lo que su biografía mítica puede expresar también la asociación de los norteños con los griegos micénicos.
M. Astour sugirió que Mopso pudo haber sido un antiguo dios de la profecía.69 Sin embargo, no puede descartarse que la existencia de un verdadero dirigente llamado Mopso diera origen a esas antiguas leyendas, ya que su nombre era usual en la Edad de Bronce reciente. La versión hitita de Mopso era Muksus, la cual aparece en una carta escrita por uno de los reyes hititas que se llamaba Arnuwanda, y otra persona fue registrada como Mo-qo-so en una tablilla micénica.70 En el siglo VIII a C, los reyes que gobernaban la tierra cilicia de Adana estaban orgullosos de ser los sucesores de Mopso. Dos inscripciones bilingües de ese periodo se refieren al citado reino como la “casa de Mopso” o la “descendencia de Mopso” (Muksas en la escritura jeroglífica luvita, y Mps en fenicio).71 Estas denominaciones se pueden conectar también con Mopsuhestia, la ciudad fundada por el mítico Mopso que estaba localizada al este de Adana, teniendo en cuenta que Mopsuhestia significa “Hogar de Mopso” en griego. A. M. Jasink ha identificado esta ciudad con la antigua Pahri (la cual fue atacada por el rey Salmanasar III en 837 a C) basándose en la identificación del topónimo Pahri con Pagrika, el nombre clásico helénico de un monte localizado en la zona de Mopsuhestia. Esta investigadora ha señalado que la inscripción de Karatepe, uno de los textos bilingües encontrados en Cilicia, menciona “los graneros de Pahar”.72 En dicha inscripción, el territorio gobernado por los descendientes de Mopso es también denominado la llanura de Adana, un lugar que fue citado en algunas fuentes hititas anteriores como Adaniya.73
En base a esta evidencia epigráfica, se deduce que los invasores europeos que se habían asentado en la región cilicia de Adana y del río Píramo fueron finalmente asimilados por la población indígena, la cual continuó hablando la lengua luvita. Sin embargo, los extranjeros probablemente establecieron allí una nueva dinastía cuya tradicional denominación, la Casa de Mopso (o Muksas), podía haber derivado del nombre de una figura histórica o bien de una antigua deidad.74 Es incluso posible que los términos muski y moschoi se basen en el nombre de Muksas, debido a una metátesis lingüística, al igual que mossynoi y moxianoi están relacionados con Moxo. Así pues, el componente helénico de aquella invasión estaba propiamente representado en las leyendas tradicionales por los seguidores del héroe argivo Anfíloco, quien acompañó a Mopso.
Con respecto a los datos arqueológicos, más de 800 fragmentos de cerámica micénica IIIC fueron encontrados en la ciudad cilicia de Tarso, próxima a Adana. Esta cerámica es muy similar a la cerámica micénica producida en Chipre durante el siglo XII a C.75 Aunque la presencia de inmigrantes balcánicos sólo ha sido atestiguada en Siria y Chipre, hasta el momento, este pueblo pudo haber invadido el sur de Anatolia junto a los micénicos y haberse extendido después por Siria, el sur de Capadocia y el alto Tigris. La participación de los proto-frigios en la conquista de Cilicia explicaría que, a finales del siglo VIII a C, el rey Mita o Midas intentase recuperar el control de este territorio.
Volviendo a la inscripción de Karatepe, los habitantes de Adana son llamados adanawani en lengua luvita y dnnym en el correspondiente texto fenicio. Otras fuentes del siglo XIV y XIII a C se refieren a la misma zona como la tierra de Danuna.76 Esta denominación parece ser semítica y fue probablemente originada en la tierra colindante de Siria. Los llamados denyen eran uno de los cinco Pueblos del Mar derrotados por el ejército de Ramsés III, según las fuentes egipcias, y son también identificables con el pueblo de Adana o Danuna.77 La panoplia de los guerreros denyen, representados en los relieves de Medinet Habu, es semejante a la de los tjeker y los peleset, lo cual indica que estos tres pueblos tenían su patria originaria en las costas de Anatolia. Así pues, una parte de los antiguos habitantes de Cilicia también emigró a Canaán, junto con los refugiados filisteos y teucros.
No obstante, los aqueos o micénicos eran usualmente llamados danaoi en los poemas homéricos, y está denominación está registrada en una inscripción egipcia del siglo XIV a C que se refería a la Grecia micénica como Danaya o Tanaya.78 Es evidente que el nombre étnico de los denyen de Cilicia y el nombre de Danaya son prácticamente idénticos, pero este hecho puede ser debido a una influencia cultural que se extendió a través del Mediterráneo oriental. El término semítico dan significa juez y el canaaneo adon significa señor,79 por lo que un nombre derivado pudo haber sido adoptado por las élites micénicas que dominaron el Egeo desde el siglo XV a C. Es más, la tradición griega recuerda al héroe epónimo Dánao, un legendario predecesor de los danaoi que estaba relacionado de algún modo con los antiguos hicsos, gobernantes asiáticos de Egipto. De acuerdo con este mito, Dánao era hijo de Belo –cuyo nombre deriva del semítico Bel o Baal– y fundó una dinastía real en Argos, el país donde obtuvo refugio.80
Por consiguiente, el pueblo llamado denyen por los egipcios no correspondía a los habitantes helénicos de Danaya, ya que su patria estaba realmente situada en Cilicia, y el origen de la conexión lingüística entre esos nombres debe de ser anterior a la presencia micénica en Tarso, la cual está datada en el siglo XII a C.


CONCLUSIONES

Los antepasados balcánicos de los frigios (llamados bryges por los autores griegos) jugaron un importante papel en la crisis de las civilizaciones del Próximo Oriente, la cual se produjo al final de la Edad de Bronce. Este pueblo había establecido contactos comerciales con los griegos micénicos en el área del golfo Termaico pero su participación en los principales hechos históricos se inició en la segunda mitad del siglo XIII a C, cuando los micénicos estaban envueltos en algunos conflictos internos. Los disturbios en Grecia probablemente causaron el reclutamiento de mercenarios y trabajadores en el norte del Egeo.
Unas pocas décadas después, sin embargo, esta asociación tuvo una consecuencia más importante, ya que los proto-frigios debieron de haberse coaligado con los micénicos para invadir la península de Anatolia, Chipre y Siria, tres regiones que estaban integradas en el imperio hitita. La victoria de los pueblos europeos en esta campaña produjo el restablecimiento de las rutas comerciales micénicas en la primera mitad del siglo XII a C, y el masivo desplazamiento de tribus balcánicas hacia el este fue el origen del dominio frigio en Asia Menor. Los hallazgos arqueológicos en Hamath, Tell Kazel, Chipre, Cilicia y Troya muestran la llegada de los invasores europeos, aunque los proto-frigios que se asentaron en la zona del río Sangario no poblaron la ciudad de Gordion hasta 1100 a C. Esta gran invasión fue la razón por la que una oleada de refugiados anatólicos, incluyendo a los llamados denyen de Cilicia, buscaron nuevos hogares en Canaán y tuvieron que luchar contra los egipcios en el último periodo de la crisis.
Los inmigrantes balcánicos que llegaron al este de Anatolia fueron conocidos como los muski, el mismo nombre que usaron posteriormente los asirios para designar a los frigios. Otros descendientes de los muski fueron llamados moschoi, moschi, moscheni y mossyni por los autores clásicos, pero estas tribus debieron de haber vivido apartadas de sus parientes frigios durante el inicio de la Edad de Hierro. Por otra parte, aquellos invasores que habían ocupado la costa meridional de Anatolia fueron probablemente asimilados por la población indígena.
No obstante, la asociación entre los micénicos y los proto-frigios produjo una consecuencia adicional en Grecia, donde el asentamiento de algunos grupos balcánicos está también atestiguado en los contextos arqueológicos del siglo XII a C. En este caso, los intrusos extranjeros no eran numerosos y no llegaron como invasores, ya que su presencia debió de haber sido aceptada por los griegos micénicos.



NOTAS

1 Voigt 2005, 27-31; Sams 2005, 18-21.
2 Homero: Ilíada II-III; Janto, citado por Estrabón XIV, 5, 29.
3 Herodoto VI, 45; VII, 73; VIII, 138; Estrabón VII, 3, 2; XII, 3, 20; XIII, 1, 8.
4 Apolonio de Rodas IV, 329-330, 468-471; Eugamón de Cirene, citado por Proclo: Epicorum Graecorum Fragmenta 57 ss.
5 Diodoro Sículo III, 55, 10-11; Apollonio de Rodas I, 66-67; Estrabón XIV, 1, 27; XIV, 4, 3; XIV, 5, 16.
6 Pausanias I, 41, 8; Estrabón IX, 3, 13; Apolodoro: Epitome VI, 16.
7 Voigt y Henrickson 2000, 332-333, 341-342; Voigt 2005, 29.
8 De Vries 1990, 371-373.
9 Rutter 1975, 23-24; Harding 1984, 216-217; Bloedow 1985, 161-162, nota 1.
10 Wardle 1977, 176 ss.; Deger-Jalkotzy 1977, 50; Kilian 1978, 312-320. Se cree que los mesapios, una tribu que vivía en el sur de Italia durante la Edad de Hierro, hablaban una lengua iliria.

11 Pilides 1992, 182-183; Pilides 1994, 10 ss.
12 Badre 2006, 82-87, figs. 14, 16, 19.
13 Rutter 1975, 31; Deger-Jalkotzy 1983, 161 ss.; Bankoff y Winter 1984, 6-10; Katintcharov 1989, 85; De Vries 1990, 371-373; Bankoff, Meyer y Stefanovich 1996, 201.
14 Walberg 1976, 186-187; Sandars 1978, 191-193; Small 1990, 9-20; Small 1997, 223-227.
15 Bankoff y Winter 1984, 10-21. Estos autores explican que el estilo cerámico del valle del Morava se desarrolló localmente desde el inicio del segundo milenio a C. Véase también Bankoff, Meyer y Stefanovich 1996, 193-194, y Rutter 1975, 31-32.
16 Whitbread 1992, 297-306.
17 Cowen 1966, 262 ss.; Sandars 1978, 90-95, 98-99; Harding 1984, 138-140; Karageorghis 2000, 260.
18 Rutter 1975, 20-31; Sandars 1978, 191-192.
19 Catling 1968, 103; Deger-Jalkotzy 1977, 75. Véase también Bankoff, Meyer y Stefanovich 1996, 201-203; estos autores han sugerido que los extranjeros pudieron haber sido esclavos.
20 Kilian y Podzuweit 1981, 170, 180-181; Small 1990, 5, 18.
21 Drews 1988, 207 ss.
22 Gergova 1989, 231-235; Sandars 1978, 84-88, 191-193; Bankoff y Winter 1984, 6, 19-21; Bankoff, Meyer y Stefanovich 1996, 194, 200.
23 Hoddinott 1989, 64; Smit 1989, 176-179; Harding 1984, 237-238, fig. 54.
24 Stubbings 1975, 166-169, 352.
25 Véase una recopilación de estos mitos helénicos en Graves 1990, 2: 15-24, 208.
26 De Graaf 1989, 153, 155; Lejeune 1969.
27 Güterbock 1967, 73-81; Güterbock 1983, 133-138.
28 Aström 1973, 122-127; Mellink 1983, 141; Badre 2006, 82; Karageorghis 1965, 231-233.
29 Karageorghis 2000, 256-274; Catling 1955, 21 ss. La tumba del guerrero extranjero fue hallada en el edificio 18 de Enkomi.
30 Pilides 1992, 179-189. Este autor ha deducido que un grupo especial de población entre los micénicos usaba en la cerámica hecha a mano en Chipre. Véase también Karageorghis 2000, 256-257.
31 Nelson y Hoelscher 1929, 3.
32 Nelson y Hoelscher 1929, 4. Ciertamente la principal inscripción de Medinet Habu puede ser interpretada de este modo, pero algunos de los Pueblos del Mar derrotados tenían probablemente su patria en el oeste de Anatolia y otros en el sur de Anatolia. Véase Moreu 2003, 112-113.
33 Wainwright 1961, 77-80. Este autor situó el origen de los filisteos en una región meridional de Asia Menor.
34 Sandars 1978, 201; Wilson 1969, 262-263; Breasted 1988, 4: 37-38.
35 Yon 1992, 117-119; Lagarce y Lagarce 1988, 143.
36 Badre 2006, 82-87.
37 Riis 1948, 37 ss.; Wachsmann 2000, 123.
38 Wachsmann 2000, 123, 133. Este autor argumenta que el estilo del barco pintado de Hamath es micénico, basándose en su galería abierta de remeros con puntales verticales.
39 Glatz y Matthews 2005, 57-58. Véase también www.hattuscha.de/English/
cityhistory2.htm.
40 French 1975, 55-56, 74, nota 5; Sandars 1978, 155. Véase también Stubbings 1975, 355-356.
41 Wilson 1969, 262-263; Moreu 2003, 113, 122. Sobre la fecha de esta destrucción, véase Mountjoy 1998, 46, 53.
42 Estos mitos helénicos están compilados en Graves 1990, 2: 324, 330-346, 351.
43 Blegen 1963, 165-170; Hertel 2001, 65-80; Mountjoy 1999, 297-321.
44 De Vries 1990, 371-373; Rutter 1975, 23-24, 32; Mountjoy 1998, 53. Esta última autora considera que la Coarse Ware de Troya y la Handmade Burnished Ware hallada en Grecia son el mismo estilo cerámico.
45 Bloedow 1985, 180, 186-187.
46 Blegen 1963, 167-170; Sandars 1978, 192-193; Koppenhoefer 1997, 295 ss.; Hertel 2001, 65-75.
47 Estrabón XIII, 1, 8; Janto, citado por Estrabón XIV, 5, 29. Escamandrio era también llamado Astianax, un nombre que significa “señor de la ciudad”.
48 Herodoto V, 122; VII, 43; Estrabón XIII, 1, 19; Jenofonte: Hellenica III, 1, 15-21.
49 Wilson 1969, 262-263.
50 Badre 2006, 87, fig. 17. Pequeñas cantidades de Anatolian Grey Ware, datadas en la Edad de Bronce reciente, han sido también encontradas en otras localidades levantinas y en Chipre; véase Allen 1994, 40-42.
51 Luckenbill 1968, 2: 7-8; Vassileva 2008, 165-168.
52 Barnett 1975b, 420, 425, 434; Bittel 1970, 135-136; Vassileva 2008, 167.
53 Génesis 10, 2; Eusebio: Historia Ecclesiastica IX, 12. Véase también Barnett 1975b, 421.
54 Grayson 1991, 14. Véase también Luckenbill 1968, 1: 74.
55 Grayson 1991, 17. Véase también Luckenbill 1968, 1: 77.
56 Grayson 1991, 17. Véase también Luckenbill 1968, 1: 77.
57 Bartl 1995, 205-208.
58 Haas 1986, 22. Véase también Bartl 1995, nota 4.
59 Herodoto VII, 78; Jenofonte: Anabasis V, 4; V, 5, 1-2; Apolonio de Rodas II, 378-382, 1000-1030.
60 Pseudo-Escílax, 86-87; Estrabón XI, 2, 18; Plinio el Viejo VI, 11, 28-29.
61 Barnett 1975b, 441-442.
62 Estrabón XIV, 1, 27; XIV, 5, 16; Calino de Éfeso, citado por Estrabón XIV, 4, 3; Pausanias VII, 3, 1-2.
63 Barnett 1975a, 366; Astour 1965, 56-57. Los nombres Moxeanon y Moxea, relacionados con los moxianoi, están escritos en monedas de Diocleia y Siocharax en Frigia occidental (véase Head 1906, láminas XXII.7 y XLIV.9) y las montañas llamadas Mossyna estaban localizadas en el suroeste de Frigia, de acuerdo con Ramsay 2004, 3.
64 Diodoro Sículo III, 55, 10-11.
65 Bridges 1974, 264-266; Güterbock 1983, 133-138.
66 Pausanias VII, 3, 1-2.
67 Niemeier 1984, 205-215.
68 Apolonio de Rodas I, 66-67.
69 Astour 1965, 64-65.
70 La carta hitita es el documento KUB XIV 1 + KBo XIX 38, también identificado como CTH 147. La tablilla micénica es la KN X 1497.
71 Ver el texto de la inscripción de Karatepe (traducido por F. Rosenthal) en Pritchard (ed.) 1969, 653-654, y el texto de la inscripción de Çineköy en Tekoglu y Lemaire, 2000. Los términos fenicios usados en estas inscripciones son BT MPS (casa de Mopso) en la bilingüe de Karatepe y SPH MPS (descendencia de Mopso) en la bilingüe de Çineköy.
72 Jasink y Marino 2007, 414; Astour 1965, 38.
73 Jasink y Marino 2007, 412, nota 31. La mención más antigua de Adaniya se encuentra en el Edicto de Telepinu (KUB XI 5 Ro 143), datado a finales del siglo XVI a C. De acuerdo con la tradición griega, los cilicios habían sido llamados hipaqueos a principios de la Edad de Hierro, un nombre relacionado con el de los aqueos; véase Herodoto VII, 91.
74 Barnett 1975b, 441-442. Este autor sugirió que los nuevos gobernantes de Adana eran helénicos pero habían hecho tratos con los inmigrantes frigios llamados muski.
75 French 1975, 55-56, 74, nota 5.
76 Pritchard (ed.) 1969, 653-654; Jasink y Marino 2007, 411, nota 29. La tierra asiática de Danuna es mencionada en una carta de El-Amarna (EA 151) que fue escrita por el rey Abi-Milku de Tiro en el siglo XIV a C; véase Moran 1992, 238-239.
77 Wilson 1969, 262-263.
78 Haider 1988, 9-15. Esta inscripción está localizada en el templo funerario de Amenhotep III, en Kom El-Hetan, y menciona Micenas y otras ciudades helénicas junto a Danaya. El antropónimo Da-na-jo está registrado en la tablilla micénica KN Db1324.
79 Astour 1965, 38, 45-46.
80 Veáse una recopilación de este mito en Graves 1990, 1: 200-203. De acuerdo con la tradición griega, Dánao era un descendiente de Épafo, quien puede ser identificado con el faraón Apofis de los hicsos. El legendario hermano de Dánao era Egipto. Véase también Astour 1965, 83, 93.


BIBLIOGRAFÍA

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Nota: El copyright del artículo “La crisis del Mediterráneo oriental y el origen de los frigios” pertenece a Carlos J. Moreu. El permiso para volver a publicar esta obra en forma impresa o en Internet ha de estar garantizado por el autor.

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